miércoles, 7 de marzo de 2012

El "mundo libre" y sus dictaduras: Somoza, Salazar, Franco, Trujillo, Marcos...

"Somoza puede ser un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta". 
Así fue como defendió el por entonces presidente Franklin D. Roosevelt, en 1939, al dictador nicaragüense.


         Esta frase resume la política estadounidense durante la Guerra Fría. El "mundo libre", del que Estados Unidos se consideraba el último baluarte contra la tiranía, incluía un considerable número de dictaduras. Su anticomunismo bastaba para que Washington las tratase con condescendencia, incluso interviniese para salvarlas.
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     EI 5 de marzo de 1946,Winston Churchill, en un discurso pronunciado en Fulton(Misuri), responsabiliza a laUnión Soviética del “telón de acero” que divide Europa y condena la “tiranía” en nombre de los “grandes principios de la libertad y de los derechos humanos, que son la herencia común del mundo anglófono” En marzo de 1947, mientras el comunismo no deja de ganar terreno en Europa, el presidente Harry Truman, miembro delPartido Demócrata y acusado de pasividad por los republicanos, enuncia su doctrina de política exterior ante el Congreso: Estados Unidos se dedicará a la defensa de la democracia y la libertad en todo el mundo.


       Sin embargo, desde sus inicios, el “mundo libre” que se constituye bajo la égida deWashington se acomoda muy bien a regímenes autoritarios y represivos. Portugal, por entonces controlado por el dictador Antonio de Oliveira Salazar (jefe del país de 1932 a 1968), forma parte de los 12 países que fundaron la Organización del Tratado del Atlántico Norte el 4 de abril de 1949. El régimen corporativista portugués, que se había mantenido prudentemente neutral durante la Segunda Guerra Mundial después de haber apoyado al franquismo, es admitido de inmediato en el bando democrático.


UNA MORALIZACIÓN IMPOSIBLE 


       No se da el mismo caso con la España de Francisco Franco (1939-1975), que, demasiado lastrada por su actitud en el pasado, queda excluida tanto del Plan Marshall en 1947 como de la Alianza Atlántica. Pero el castigo no dura mucho. Estados Unidos le concede un préstamo a partir de 1950, antes de firmar unos acuerdos de asistencia mutua en 1953. A cambio de una ayuda económica, España pone bases militares a disposición de Washington. Como consagración final, el régimen del Caudillo Franco es admitido en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1955. Por la misma misma época, en Latinoameria Estados Unidos ayuda a diversas dictaduras que se integran, junto a Washington, en el Pacto de Río en 1947 y posteriormente en la Organización de Estados Americanos(OEA) en 1948. Es el caso de los regímenes de Rafael Trujillo en la República Dominicana(1930-1961), de Anastasio Somoza en Nicaragua (1936-1951), de Fulgencio Batista en Cuba (1952-1959) y, un poco más tarde, de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela (1952-1958). Derrocado por un movimiento popular, éste último encontrará asilo en Estados Unidos.


        Las contradicciones entre la doctrina Truman y la política exterior estadounidense crean tales tensiones en América Latina que Richard Nixon, por entonces vicepresidente, recomienda en 1958 que se favorezca a las fuerzas democráticas antes que a los regímenes dictatoriales. Pero, aunque Estados Unidos se compromete en diversas ocasiones, a partir de los años 1960, a “moralizar” su política exterior, la lucha anticomunista sigue siendo su prioridad absoluta y relega la defensa de la libertad a un segundo plano.


DE UN ENEMIGO AL OTRO 
        A pesar de la Alianza para el Progreso creada por John Fitzgerald Kennedy en 1961, los golpes de Estado militares perpetrados en Guatemala, Ecuador, Honduras y República Dominicana entre 1962 y 1963 gozan todos ellos del consentimiento de Washington, que apoyará a los regímenes militares en Chile, Brasil, Argentina y Uruguay en los años 1970. EnGrecia, la CIA contribuye a la instauración de la dictadura de los coroneles (1967-1974), régimen que se caracteriza por su salvaje voluntad de eliminar cualquier forma de oposición.

      A partir de 1977, aunque Jimmy Cárter presiona formalmente a Sudáfrica exigiendo la abolición del apartheid en nombre de los derechos humanos, continúa apoyando en Irán al régimen de Mohammad Reza Pahlevi y a su policía secreta. El sha, que llegó al poder gracias al golpe de Estado organizado con la colaboración de la CIA en 1953 contra el primer ministroMossadeq, es un aliado de Estados Unidos desde la firma del Pacto de Bagdad (24 de febrero de 1955) hasta 1979.


      Finalmente, en Asia, Estados Unidos se respalda en el régimen militar tailandés en el marco de la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (OTASE, 1954-1977) y Washington considera como amigo al dictador filipino Ferdinand Marcos (1965-1986). Lo mismo ocurre en Indonesia con el general Suharto(1967-1998), promotor de la erradicación del Partido Comunista indonesio en 1965 (más de 500 000 muertos) e instigador en 1976 de la anexión de Timor Oriental, que supondrá la muerte de más de 200 000 personas.
       Tras la disolución de la URSS en 1991, George H. Bush se proclama paladín del “mundo libre”. El comunismo sigue siendo un enemigo, pero menos peligroso. Estados Unidos no tardará en encontrar otro: el islamismo radical.




BIBLIOGRAFIA
Historia de América Latina, 16 volúmenes, Crítica, Barcelona, 1990-2002 Noam Chomsky, El nuevo orden mundial (y el viejo), Crítica,
Barcelona, 2005
Jean-Baptiste Duroselle, Histoire diplomatique de 1919 a nos jours
Dalloz, París, 1993 (1974)

Howard Zlnn, La otra historia de los Estados Unidos, 
Hiru, Hondarribia, 2002
http://canarias-semanal.com/not/1574/el__mundo_libre__y_sus_dictaduras/

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