domingo, 15 de abril de 2012

Y Juan Carlos de caza mayor.

Todos los telediarios preocupados porque toda la familia real había ido a ver al infante Froilán, menos el rey. ¿Cuándo irá? se preguntaban algunos. Estará trabajando decían otros.
D. Juan Carlos de Borbón y Borbón estaba muy atareado. Tenía cosas más importantes que ir a ver a su nieto. A ese nieto que dicen que quiere tanto. El nieto mayor. El gran rey de las Españas Imperiales estaba cazando elefantes.
El rey cazando elefantes
El rey cumpliendo su función principal: cazar elefantes
Mira por donde la caza –que ya le había jugado malas pasadas en otras épocas, recordemos cuando en Rusia mató a un oso borracho— le ha descubierto. Y no, no estaba hablando con la Kischner para arreglar lo de Repsol, tampoco estaba recibiendo a esos gerifaltes importantes que pasan a ponerse ciegos por la Zarzuela. No tenía que firmar documento alguno. Estaba de vacaciones, vamos como casi siempre.
Pero hombre –perdón, majestad— vaya rachita que lleva. Mire dónde pone los pies y la escopeta, que la próxima se va a romper la crisma, en vez de la cadera.
Lo de la caza debe llevarse en los genes, y así no es de extrañar que a los niños, aunque tengan trece años, les enseñen a disparar. Es inevitable. ¿Dónde se ha visto un rey o un miembro de la casa real que no sea cazador? Además, hay que mirar a lo alto. Un monarca no puede ser un simple cazador. Las liebres y los conejos son para los mindundis. Tiene que ser un cazador de caza mayor, ¡faltaría más! Y, ¿qué mayor que un elefante? Cazar elefantes es lo mínimo si se quiere ser un rey de verdad, un tipo duro, un macho real.
Además se va uno a Bostwana, que aquí no hay elefantes, y con el dinero de los contribuyentes –la cosa es baratita, sólo cuesta 37.000 euros, una miseria-- se pone uno a pegar tiros hasta decir basta, o hasta que se caiga. Esa es la labor de un rey. El pueblo que se joda y sufra la crisis que para eso no tiene sangre azul. Ya me gustaría saber cuánto ha supuesto el viaje real, puesto que ha tenido que ir un avión con equipo sanitario a traer al monarca deportista.
Mientras que el 23% del personal está en paro, y el paro juvenil llega al 50%, el rey sólo da trabajo a la seguridad social, con sus últimos accidentes.
El parte médico que han dado es que vuelve a la normalidad, a la rutina. Bueno lo de la normalidad, debe ser de coña. Lo de la rutina será volver a no dar ni golpe. O, ¿será que vuelve a Bostwana a cazar elefantes?, ¿o la próxima vez se irá a la India a por tigres de Bengala?
Dicen que en cinco días podrá volver a su casa (será la nuestra, digo yo) y que podrá moverse con muletas. Menos mal que esas muletas reales tienen claxon e intermitentes, lo que no sé si tienen es coraza contra puertas.
En fin, un cachondeo de mucho cuidado. Un jeta cazando elefantes a costa del erario público, mientras que la gente sufre una crisis de caballo. Claro que a él qué más le da, al fin y al cabo, en algo tendrá que gastar ese pastón que se lleva de los presupuestos y que nadie controla.
Distinguido rey de las Españas Imperiales no se me caiga más, que la Sanidad pública está en crisis.
Salud y República

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